Las cotizaciones obligatorias para pensiones, salud, accidentes del trabajo y cesantía se calculan como un porcentaje de los ingresos imponibles del trabajador. Sin embargo, hay un límite superior o tope imponible, que fija cada año en enero la Superintendencia de Pensiones.

En Chile, los trabajadores deben aportar el 10% de su renta imponible para ir acumulando los fondos que servirán de base para su jubilación. Al aplicar el tope imponible, las personas que tengan rentas superiores a ese límite de 81,6 UF (unos $2.784.376 considerando la UF al 1 de enero de 2023), cotizan por el 10% del tope y no por el total de su renta.
Por ejemplo, un trabajador que tenga una renta imponible mensual de $500.000, cotizará $50.000 para pensiones, y una que tenga una renta de $2.784.376, cotizará $278.437. Pero, personas con rentas de $3.000.000, $4.000.000 o más, cotizarán los mismos $278.437, aunque el 10% de sus ingresos es una cantidad mayor.
Eso puede traducirse en una pensión más baja que la que correspondería si se cotizara por el sueldo real. Para evitarlo, se puede ahorrar en una cuenta de ahorro previsional voluntario (APV), de modo de ahorrar por sobre el tope y obtener beneficios tributarios que repercutirán positivamente en la futura pensión.

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